Guido d´Arezzo y la notación musical
Guido d´Arezzo y la notación musical
Si les pregunto a cualquiera de ustedes cuáles son las notas musicales, estoy segura de que sabrían decirme la serie: Do – Re – Mi – Fa – Sol – La – Si. Le ruego deténgase y plantéese esto: ¿de dónde provienen estas notas?, ¿por qué reciben este nombre? Pues bien, les daré una pista: Guido d´Arezzo.
Guido d´Arezzo fue un monje de la Toscana de la primera mitad del siglo XI, pero es considerado uno de los más grandes teóricos musicales. Asistía constantemente a las oraciones en las que los monjes entonaban de memoria, sin tener conocimientos musicales, distintas antífonas. Defendía que todo aquel que no fuera guiado por un maestro no podría llegar a entonar con exactitud los cantos. Por otra parte afirmaba, entre el absoluto teocentrismo de la época, que la repetición de un determinado canto religioso no permite el acceso al paraíso (que es todo fin al que aspira un cristiano), ni tampoco a la verdadera comprensión de la ciencia musical. La postura de Guido se explica tomando como fundamento la actitud antigua en la que el músico intérprete era despreciado, e incluso considerado como una bestia. Llegó a afirmar “es inmensa la distancia entre el cantor y el músico: los primeros cantan, los segundos conocen aquello que constituye la música”.
Es por este motivo que nuestro monje adquirió un enorme reconocimiento en el Medievo por su invención de un sistema de notación musical. Hacia el 1025, en su tratado Micrologus Guido propuso una serie de sílabas extraídas de cada una de las seis frases que componen el himno Ut queant laxis como medio para ayudar a los cantantes de la oración a recordar el diseño de tonos y semitonos entre los seis grados.
Actualmente utilizamos estas mismas sílabas, cambiando Ut por Do y añadiendo la nota Si (llamando ahora a este conjunto de 6 notas hexacordo). Únicamente en Francia aun se emplea Ut en la enseñanza.
La mano guidoniana es otro recurso pedagógico que nos ayuda a entonar las notas de la escala diatónica según un maestro señalase con el dedo índice de su mano derecha en las distintas articulaciones de su mano izquierda. Aunque es un recurso mnemotécnico atribuido a Guido (de ahí su nombre), la mano fue probablemente una aplicación de sus sílabas de solmisación.
Aunque ya se queden muy atrás, debemos reconocer que es un buen punto de partida el que tenía este teórico musical de la Edad Media.
Concluyo esta entrada dejándoles una bonita canción del musical Sonrisas y Lágrimas, otro “método” para aprender las notas musicales, que invade los oídos del siglo XXI.
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